lunes, 12 de abril de 2010

Galán " tipo revolucionario"


Durante años he tenido una especie de manía, algo que me lleva de una u otra forma a tener parejas o a engancharme con "galanes tipo revolucionarios". Digo "tipo revolucionario" y no revolucionario derechamente, porque más que luchar por un cambio o por algún tipo de ideas, estos guerrilleros con ipod están bastante cómodos así como están. Aunque tienen menos cualidades que las que les atribuyo, debo reconocer que en su mayoría me han hecho tremendamente feliz. Al menos por un tiempo.


Atractivos. Sin duda. Buenos amantes (con excepciones). Mi tipo revolucionario -que hoy se acerca o pasa los 40- tiene conciencia social. Se trata de un hombre respetado en su ámbito, de carácter fuerte, pero humano, bastante seguro y con alguna sensibilidad artística real o afición por la lectura o escritura. Y por cierto, con una casi nula capacidad de comprometerse con algo que no sea él mismo.

Un niño eterno al que se le perdonan las travesuras. Nunca hace nada tan malo como para odiarlo. Pero es inconstante y no establece lazos de largo plazo.

Por mucho tiempo pensé que yo tenía mal ojo al fijarme en tipos solitarios. Pero luego me di cuenta que eran exactamente lo que andaba buscando: alguien libre, que no quisiera compromiso real. Creo que ellos son el único tipo de personas que desde el principio te raya la cancha. Por más que uno se ilusione y se muera por protagonizar la gran historia, sabe desde el comienzo hasta dónde va a llegar. Y tiene claro que muy lejos no va a ser.

Aunque son dispersos y poco claros, desde el día uno una sabe cuáles son sus límites y se prepara para ello. Si bien con algunos de ellos me habría gustado proyectarme, internamente siempre supe que no sería posible. Esa claridad que tuve evitó que llorara como Magdalena, aunque debo reconocer que fueron varias las veces que lloré.


Jamás dije de alguna pareja "conmigo va a cambiar". Probablemente, porque no quería que cambiara. Quizá porque me daba miedo que cambiara y se transformara en el tipo de persona que se compromete y más tarde te rompe el corazón. Según mi amigo Alvaro yo estoy muerta de miedo y creo que tiene razón. Pero hasta el momento no ha llegado alguien a quien me atreva amar sin temor a ser mortalmente herida.


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