martes, 20 de abril de 2010
Constante
Después de tardes de risa, de cervezas, del cine y amigos. Después de trabajar y pelear en la oficina. Después del taco de la mañana, del supermercado, de las clases de yoga, de danza y de la bicicleta. Después de la playa, después de caminar por Huérfanos y comer helados de invierno. Después del perfume, del estúpido choque del auto, de las adivinas y de los cinco mensajes de texto que no contesté. Después de las palabras de mi más paciente admirador, de la lluvia del viernes, de las Flores de Bach, sigo pensando en ti. Y sigo extrañándote.
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